Tu carrito aun está vacio
Ver catálogoCená lo más saludable posible: lo ideal es comer liviano por la noche pero por sobre todo, con poca sal. El sodio permanece en el organismo durante el sueño y provoca esa rara sensación de estar más hinchada al despertar.
No te olvides de tomar agua: la noche también es un buen momento para completar los 7 vasos diarios de agua que se recomiendan. Los líquidos purifican nuestro organismo y también se deshacen del agua que retenemos. Lo importante es dejar de tomarla una hora antes de ir a dormir, para no despertar en la madrugada.
Dormí en la más completa oscuridad: la melatonina es una hormona que alcanza su pico de producción durante la noche, cuando el cuerpo detecta la falta de luz. Lo curioso es que diversos estudios descubrieron que ayuda a regular el aumento de peso, porque estimula un tipo de tejido adiposo que quema calorías. Por lo tanto, no interrumpas su producción con luces artificiales en tu cuarto.
Descansá en un ambiente más fresco: un estudio del National Institute of Health Clinical Center descubrió que las personas que duermen en una habitación a menor temperatura, queman hasta siete veces más calorías que aquellas que duermen en temperaturas más elevadas.
Dormí bien, no menos de 7 horas: si realizás alguna actividad física, necesitarás mínimo 7 horas de descanso para que tus músculos se recuperen y se regeneren. Es importante este hábito para que los músculos se desarrollen correctamente. Por otra parte, algunos estudios demuestran que la falta de sueño eleva los niveles de grelina, una hormona que aumenta los niveles de apetito. Finalmente, evitarás que el cansancio al día siguiente se confunda con la sensación de hambre.
Para que tus resultados sean aún más visibles y progresivos, te recomendamos otro tip: ¡probá Full Relax! Este multivitamínico ayuda a prevenir, aliviar y revertir los efectos del estrés, contribuyendo a un mejor descanso.